La educación del futuro

Todos hemos visto películas futuristas que tienen lugar en ciudades tecnológicamente muy avanzadas. Sin embargo, cada vez estamos más cerca de que ese sea nuestro futuro. Y esta tecnología afectará también a las escuelas. 

Aunque ahora mismo me resulta muy extraño pensarlo, soy consciente de que la educación a la que estoy acostumbrada y los métodos con los que he crecido ya no existirán o estarán dejando de existir cuando yo sea docente. De hecho, tendré que adaptarme a unas metodologías e instrumentos nuevos, dejando atrás los que conozco. Así, en un futuro no existirán las pizarras tal y como las conocemos (si bien es cierto que cada vez se usan menos y que actualmente empleamos pizarras digitales o similar). Además, los alumnos ya no contarán con libros de texto, que serán reemplazados por tablets o tecnologías de última generación (como ya está empezando a pasar en algunos centros educativos). La realidad virtual entrará también en la enseñanza, ya que abre un abanico de posibilidades. Los alumnos podrán experimentar gracias a ella, manipulando distintos objetos y 'viviendo' distintas realidades y experiencias. En relación con esto, se introducirán robots que ayuden al alumno a realizar actividades o al profesor con la enseñanza (tal vez en un futuro los maestros no sean seres humanos sino robots). Además, algo tan tradicional como pasar lista dejará de hacerse, ya que es posible que para acceder a las aulas los alumnos tengan que escanear un código o tarjeta personal con el que queden registrados.

Por otro lado, la clase magistral será obsoleta. Al haber cada vez más acceso a la red donde se encuentra todo tipo de información, el docente deja de ser la fuente principal de los alumnos, a los que la web les parece más motivadora y que evidentemente, contiene mucha más información que una persona. Los alumnos exigirán más de los maestros, que dejan de ser los que 'lo saben todo'. Y el aprendizaje ya no solo será obligatorio sino que durará toda la vida, tanto para el alumno como para el docente.

En conclusión, en 2030 las escuelas serán entornos interactivos gracias a internet, afectando a docentes, padres y alumnos.